Existe una variedad de iniciativas, programas y estudios que ofrecen una base sólida para el desarrollo de ciudades resilientes.
La resiliencia se ha convertido en un concepto central en el desarrollo de los países, a medida que los riesgos asociados al cambio climático y el crecimiento de las áreas urbanas continúan en aumento. Según Naciones Unidas, una ciudad resiliente se caracteriza por su capacidad para prepararse y responder eficazmente a peligros de origen natural o humano.
Bajo este concepto, una ciudad resiliente debe ser persistente, anticiparse a los impactos y mantener servicios esenciales antes, durante y después de eventos perjudiciales. Además, debe demostrar flexibilidad para adaptarse a riesgos predecibles e incertidumbres, fomentar la inclusión social y promover la participación ciudadana. Las ciudades resilientes no son simplemente reactivas, sino proactivas y adaptativas, capaces de enfrentar cualquier desafío que se les presente.
En un mundo cada vez más…
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